15.4.08

Catalina

Catalina imagina a Nicolás desnudo debajo de un árbol grande. Una rama gorda le tapa un ojo. El viento es espumoso y pasa. Refleja. Ella abre y curva las piernas para que Nicolás entre mojado de café.

2 comentarios:

CeCe dijo...

Estiramos nuestra manta sagrada, levantamos nuestras miradas al cielo, encontramos a ciegas el este el universo, nos arrodillamos, juntamos nuestras manos, cerramos nuestros ojos, abrimos el alma de par en par y dejamos que breves líneas bellas como éstas entren en nuestros corazones para darnos brillo y esperanza.

Caetano Evon dijo...

que rico, el viento espumoso, café y media sonrisa..