Catalina imagina a Nicolás desnudo debajo de un árbol grande. Una rama gorda le tapa un ojo. El viento es espumoso y pasa. Refleja. Ella abre y curva las piernas para que Nicolás entre mojado de café.
Estiramos nuestra manta sagrada, levantamos nuestras miradas al cielo, encontramos a ciegas el este el universo, nos arrodillamos, juntamos nuestras manos, cerramos nuestros ojos, abrimos el alma de par en par y dejamos que breves líneas bellas como éstas entren en nuestros corazones para darnos brillo y esperanza.
2 comentarios:
Estiramos nuestra manta sagrada, levantamos nuestras miradas al cielo, encontramos a ciegas el este el universo, nos arrodillamos, juntamos nuestras manos, cerramos nuestros ojos, abrimos el alma de par en par y dejamos que breves líneas bellas como éstas entren en nuestros corazones para darnos brillo y esperanza.
que rico, el viento espumoso, café y media sonrisa..
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